Noche de Walpurgis


Noche de Walpurgis (o Valborgsmässoafton en sueco, Walpurgisnacht en alemán) es una festividad pagana celebrada en la noche del 30 de abril al 1 de mayo por grandes regiones de la Europa Central y Septentrional. También es conocida como la noche de las brujas.
Con el nombre de la noche de Walpurgis, los pueblos germánicos celebran, la que en otros países de raíz céltica (como Irlanda, Bretaña, Gales, Escocia, etc.) llaman noche de Beltane. La noche del 30 de abril al 1 de Mayo ha sido conmemorada siempre como la noche en que todos los espectros, duendes y espíritus se presentan.


Son muchas las celebraciones que a lo largo de todo el planeta, desde tiempos inmemoriales, tienen lugar de noche, a la luz de una gran hoguera, dando rienda suelta a los instintos, normalmente reprimidos a lo largo del año; festividades por lo general de origen pagano, como la noche de San Juan, Todos los Santos, etc… que antes de ser cristianizadas se celebraban en honor a las divinidades ancestrales y más tarde “heréticas” para las autoridades eclesiásticas, siempre dispuestas a perseguir cualquier resquicio de disidencia.


En sus orígenes era una festividad pagana, probablemente de origen vikingo, que sería más tarde difundida por los celtas, quienes la adaptaron en sintonía con sus propias divinidades.
Aunque la festividad pagana que daría origen en el Medievo a la tétrica Noche de Walpurgis parece tener varios puntos de origen, muchos de ellos difusos, su influencia puede rastrearse hasta el día de hoy prácticamente en toda Europa.
En los países nórdicos, según la mitología recogida en los Edda, la Noche de Walpurgis coincidía con la muerte de Odín (la principal deidad de la mitología nórdica, dios de la sabiduría, la guerra, la muerte, padre de todos y la magia), fecha en la que se desataba el caos en la Tierra y se diluían las barreras dimensionales entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos.
En las nueve noches del 22 al 30 de abril se conmemoran los nueve días que Odín pasó colgado del árbol Yggdrasil para recibir la sabiduría de las runas.


En Irlanda, en tiempos remotos, se celebraba el 1 de mayo la festividad de Beltane para honrar a Belenos y a su compañera, la diosa Sirona. Belenus o Belinus tiene el significado de brillante en la antigua lengua irlandesa, “fuego de Bel” o “bello fuego”, y era la forma en la que se designaba al dios de la luz o dios del fuego; nombre que pasaría a través de la cultura irlandesa a las novelas de caballería medievales. Su influencia llegaría hasta los galos y astures. Esta misma festividad estaba estrechamente ligada a un culto ancestral del pueblo celta que daría origen a numerosos relatos y películas de terror ya en nuestros días: el del hombre de mimbre, un enorme “muñeco” de este material en el que los celtas introducían a los prisioneros para después prenderles fuego. César lo citaba en sus escritos pero no existen muchas fuentes sobre esta forma de sacrificio.


En Estonia es el Volbriöö, se celebra durante la noche del 30 de abril y hasta la madrugada del 1 de mayo, siendo este un día festivo llamado «Día de la Primavera» (Kevadpüha). Volbriöö es una celebración importante y generalizada de la llegada de la primavera en el país. Influenciada por la cultura alemana, la noche originalmente fue para la reunión de brujas. La gente moderna todavía se disfraza de bruja para deambular por las calles con un ambiente carnavalesco.
Las celebraciones de Volbriöö son especialmente notables en Tartu, una ciudad universitaria en el sur de Estonia. Para los estudiantes estonios en fraternidades estudiantiles, la noche comienza con una procesión tradicional a través de las calles de Tartu, seguida de visitas a las casas de otras fraternidades.


En Suecia, la noche de Walpurgis se conoce como Valborg y se celebra de maneras diferentes dependiendo de la parte del país. Para el resto de los suecos esta noche es considerada como una noche de bienvenida a la primavera.
Esta tradición es similar a la noche de San Juan en España que tiene como origen la creencia antigua de que encendiendo estos fuegos se mantienen alejados los espíritus, demonios y brujas. Sin embargo, se cree que la festividad de Walpurgis es muy anterior. Algunos historiadores incluso afirman que su verdadero origen es prehistórico. Otros la asocian a ritos paganos de fertilidad y el origen de la primavera.
Las celebraciones de Walpurgis no son una ocasión familiar sino un evento público, y los grupos locales a menudo se encargan de organizarlos para alentar el espíritu comunitario en la aldea o el vecindario. Las celebraciones normalmente incluyen encender una hogueracantos corales y un discurso para honrar la llegada de la temporada de primavera, a menudo pronunciado por una personalidad local.
En la Edad Media, el año laboral terminaba el 30 de abril, por lo tanto este era un día de fiesta entre los comerciantes y artesanos de la ciudad, con dulce o truco, bailes y cantos en preparación para la celebración de la primavera. Sir James George Frazer en The Golden Bough escribe: «El primero de mayo es una gran fiesta popular en las partes más centrales y meridionales de Suecia. En la víspera del festival, enormes hogueras, que deben encenderse golpeando dos pedernales, arden en todas las colinas y montículos».


En Noruega, y de acuerdo a una tradición que procede de tiempos vikingos, en Walpurgis se encienden grandes hogueras, con la intención de ahuyentar a los malos espíritus. Cuando Noruega fue cristianizada, esos ritos se combinaron para asociarse a la leyenda de Santa Walpurga, quien fue canonizada el 1 de mayo. La superposición de fechas fue mera coincidencia, pero le permitió a la gente seguir con sus costumbres sin temor a represalias.


Las hogueras de Walpurgis son parte de una tradición sueca que se remonta a principios del siglo XVIII. Durante Walpurgis (Valborg), se dejaba salir a pastar a los animales de granja y se encendían hogueras para ahuyentar a los depredadores. En el sur de Suecia, una tradición más antigua que ya no se practicaba, consistía en que los jóvenes recolectaran hojas y ramas del bosque al anochecer, que luego eran utilizadas para adornar las casas de la aldea; la recompensa esperada por esta tarea consistía en huevos.


Durante siglos, en Alemania se creyó que en la madrugada del 1 de mayo las hechiceras celebraban orgiásticos rituales con el diablo. Se conservó la creencia de que, en la noche de Walpurgis (Hexennacht, noche de brujas), las brujas volaban sobre escobas, gatos o cabras hacia Brocken, la montaña más alta de la Sierra del Harz, en el Estado alemán de Sajonia-Anhalt, para celebrar orgiásticos rituales con el mismo diablo en persona.
Las puertas estaban adornadas con crucifijos y ramos de hierbas, las escobas eran colocadas con las cerdas hacia arriba, se hacían sonar de noche las campanas de las iglesias, los hombres solteros caminaban dando latigazos en torno a las casas y, para proteger al ganado, se colocaba sal en el umbral de los cobertizos.
Pero actualmente se ha perdido gran parte de su significado original, ya nadie le tiene miedo a las brujas, así que cerca de Brocken la noche se aprovecha para organizar una gran fiesta. Los disturbios que suelen acompañar a la madrugada previa al Día de los Trabajadores, en Berlín por ejemplo, o las llamadas «travesuras de la noche de brujas», en el sur de Alemania, son hoy mayor motivo de preocupación que las citas del diablo con sus amigas hechiceras.
En la actualidad, algunos de los rituales han sobrevivido incorporados al folklore, con encendidos de hogueras y reuniones campestres. En las montañas del Harz (Alemania), donde Goethe situó el aquelarre de las brujas en su obra Fausto, la reunión de las brujas específica es una importante atracción turística.
Cada noche del 30 de abril al 1 de mayo, decenas de miles de personas emprenden el viaje hacia la cadena montañosa y son recibidas por paganos. La fiesta comienza con danzas, luego se enciende una enorme hoguera y retumban los tambores. Extinguidos los fuegos artificiales de la medianoche, se le da la bienvenida a quien traerá consigo la salud y la fecundidad, a la sucesora de todas las brujas: la “Reina de mayo”
En el pasado, los fuegos de la “Walpurgisnacht” eran encendidos precisamente para protegerse de las temidas brujerías.
Goethe erigió un monumento a la noche de Walpurgis en su obra Fausto, donde el aquelarre sirve como un interludio entre la primera y la segunda parte (escritas, dicho sea de paso, durante la juventud y durante la madurez de Goethe, respectivamente). Y así como sus protagonistas, Fausto y Mefistófeles, se divirtieron durante la noche de las brujas, se deben haber divertido también en el siglo XIX los turistas, ya entonces atraídos por la leyenda alrededor de Brocken. Hoy, este mito sigue siendo un considerable negocio para la Sierra del Harz.


El espectro de Brocken es una sombra ampliada, usualmente rodeada por halos similares a un arcoíris, y proyectada en un banco de niebla en áreas de alta montaña cuando el sol está bajo, el fenómeno fue reportado por primera vez en el Brocken.


También en el norte de Europa se vinculaba esta festividad con la naturaleza. Se adoraba a Waldborg o Waldburga, diosa de la fertilidad, a la que se pedía su intercesión para el buen desarrollo de las cosechas, la llegada de las lluvias en tiempos de sequía o la misma prosperidad de la comunidad en época de ­dificultades o guerras. Para ello se encendían grandes hogueras, como hacían también los celtas.


En Grecia la llegada del solsticio – aunque en la actualidad el de verano se celebra alrededor del 21 de junio – se celebraba encendiendo grandes hogueras a las que se les atribuía un carácter purificador, mientras que los romanos encendían también grandes fuegos para rendir culto al dios Apolo y a la diosa guerrera Minerva. Éstos tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las hogueras para purificarse. 
En el mes de mayo los antiguos romanos rendían culto a sus antepasados – maiores –, creyendo que en este periodo de transición equinoccial los difuntos se aparecían a los vivos, sembrando el desconcierto entre las gentes. Era el momento también de culto a la diosa de la primavera, Maia Maiestas – que daría origen al nombre actual del mes –, divinidad latina de la fertilidad y la salud.
En la antigua Roma, el mes de mayo estaba consagrado a los antepasados (maiores). Era un mes en que en toda Europa y Asia se creía que los aparecidos hacían sus incursiones entre los vivos. Durante la Antigüedad y la Edad Media, se perpetua una gran prohibición: hay que evitar casarse en mayo porque durante ese período se corre el riesgo de contraer matrimonio con una aparecida o con una mujer embrujada del otro mundo.


A la llegada del cristianismo y como ha ocurrido con un sinfín de tradiciones — como por ejemplo el Samhain es asimilado por el catolicismo como el Día de Todos los Santos el Día de los Fieles Difuntos y el Halloween —, Beltane fue considerado cosa del Demonio y de la práctica de la brujería, de hecho, se dice que uno de los 4 grandes aquelarres celebrados por las brujas (conocidos también con el nombre de sabbats) se llevaba a cabo durante la Noche de Walpurgis.
Se dice entonces que en la noche de Walpurgis las brujas salen a reunirse para celebrar sus rituales demoníacos, la gente, por su parte, encienden hogueras para ahuyentar a los espíritus malignos y, al día siguiente, llega la celebración de Santa Walpurga. 
Tal cosa, en realidad, es la versión difundida acerca de los rituales de las religiones paganas, sobre todo del centro y norte de Europa tras la implantación del cristianismo en las fiestas tradicionales paganas de bienvenida a la Primavera.
Con la caída del Imperio romano y el ascenso imparable del cristianismo, la celebración pagana de Waldborg se confundió y fusionó con la festividad de la santa Walburga de Heidenheim. La vida de esta religiosa benedictina alemana que vivió en el siglo VIII está rodeada de aspectos legendarios: cuentan que era hija del rey Ricardo el Sajón y de Winna, hermana del apóstol de Germania, San Bonifacio. Walburga había nacido en el condado inglés de Essex. A los once años parece que ingresó en el convento inglés de Winborne, donde pasaría 26 años impregnándose del ambiente místico y religioso de la clausura. 
Más tarde se convirtió en monja, cometido para el que parecía haber nacido, llegando a asistir a San Bonifacio, cabeza de la Iglesia en Germania. En el año 748 fue enviada a Germania para ayudar en la predicación a Bonifacio, junto a santa Lioba y otras religiosas. Mientras viajaban desde Inglaterra hacia el Viejo Continente, se levantó una gran tempestad que puso en peligro la embarcación en la que viajaban. Cuenta la leyenda que Walburga se arrodilló en la proa y comenzó a rezar. Poco después el temporal amainó y los marineros, que creyeron ­hallarse ante un milagro, comenzaron a ­venerar a Walburga como a una santa.
Su fama comenzó a acrecentarse y vivió en el convento de Heidenheim, fundado por su hermano San Wilibaldo, cerca de Baviera. A la muerte de su hermano se convirtió en abadesa, siendo ya considerada una mujer santa por su comunidad.
El 25 de febrero del 779 fallecía en Heidenheim, pero sus supuestos milagros no terminaron con su muerte. En el 893 el obispo Erchambold abrió la tumba de Walburga y descubrió que su cuerpo estaba inmerso en un aceite de embriagadora fragancia que emanaba de su cuerpo y principalmente, según las crónicas, de su pecho. A partir de entonces comenzó a formar parte del selecto grupo de santos que producen aceite. Existen crónicas que señalan que poco después de la muerte de la santa, más de un siglo antes de que Erchambold abriese su féretro, de su tumba ya brotaba el citado óleo. Durante siglos circularon por toda Europa frascos que contenían el llamado “aceite de Walpurgis”, al que se atribuían propiedades curativas y milagrosas. Además, algunas partes de su cuerpo fueron distribuidas, cual reliquias, por lugares como Colonia y Amberes, siendo codiciadas por las gentes más poderosas y veneradas por el pueblo. Algunos vendedores de la milagrosa unción afirmaban por los polvorientos caminos que la pócima tenía un gran poder para doblegar a las brujas.
La fecha de la canonización de Walburga se trasladó del 25 de febrero – cuando había nacido – al 1 de mayo, debido a que este día del año 870 en el calendario sueco se trasladaron sus reliquias hasta Eichstadt, depositándolas en la iglesia de la Santa Cruz, hoy conocida como Iglesia de Santa Walburga, y comenzando así su veneración pública; por lo que se hizo coincidir la Noche de Walpurgis con el día de doblegar a las brujas.
Método de las autoridades eclesiásticas para hacer olvidar el paganismo de antiguas celebraciones.
Santa Walburga parece ser una cristianización de la citada deidad celta Beltane, de la diosa teutona Walpurgis y de la Flora romana, la diosa abuela Maia, divinidad de la muerte y la fertilidad.
Santa Walpurga, patrona de las campesinas y sirvientas, considerada protectora del arte de la prestidigitación.


Mientras Samhain, o celebración de los difuntos, tuvo una transición pacífica hacia el Día de Todos los Santos/Fieles Difuntos, y los solsticios de Primavera y Verano no precisaron ser cristianizados (aparte de situar bajo la protección de San Juan a las hogueras que también se encendían al inicio del verano), el festival primaveral de Beltane quedó revestido de un halo siniestro
Sus celebraciones se convirtieron en reuniones de brujas en las que, aparte de cometerse todo género de crímenes y atrocidades, se buscaba la desgracia de la comunidad. La popular imagen de las brujas volando en escobas tiene su origen en algún tipo de prácticas celebradas en estas reuniones (usaban la belladona como ungüento en los palos de sus escobas, en las cuales se frotaban sus partes íntimas, haciéndolas entrar en éxtasis y creer volar). También proviene de estos festivales la tradición de la aparición del diablo con forma de macho cabrío (el dios Cernunnos)


El 30 de abril es el Pálení čarodějnic​ («quema de las brujas») o Čarodějnice («las brujas») en la República Checa. Enormes hogueras de hasta ocho metros de alto se encienden y se queman por la noche, preferiblemente en la cima de las colinas. Los jóvenes se reúnen alrededor y las repentinas formaciones de humo negro y denso son comparadas con «brujas volando», a medida que avanza la noche hasta la medianoche y el fuego disminuye, es momento de buscar un cerezo en flor. Las mujeres jóvenes deben ser besadas pasada la medianoche (y durante el día siguiente) bajo un cerezo, símbolo de fertilidad. El primero de mayo se celebra entonces como el «día de los enamorados».


En Finlandia es el Vapunaatto o Vappu, una de las cuatro fiestas más grandes junto con la víspera de Navidad, la víspera de Año Nuevo y el solsticio de verano (Juhannus). Se celebra el mayor festival de los pueblos y ciudades de Finlandia, la celebración comienza en la tarde del 30 de abril y continúa hasta el 1 de mayo, típicamente se centra en el consumo de sima (un tipo de hidromiel casero), vino espumoso y otras bebidas alcohólicas junto con tippaleipä (un tipo de torta frita). Desde finales del siglo XIX, esta fiesta tradicional empezó a ser adoptada por estudiantes universitarios, varios exalumnos de lukio (preparatoria universitaria) usan el gorro de estudiante en blanco y negro y muchos de educación superior usan overoles.
En la capital, Helsinki y su región circundante, para la mayoría de los estudiantes universitarios, Vappu comienza una semana antes del día de celebración. Las festividades también incluyen un picnic el 1 de mayo, que a veces se prepara de manera lujosa, particularmente en Ullanlinnanmäki en el centro de Helsinki.


Circula la idea de que las brujas de toda Germania, después de hacer su unto, son llevadas en cortísimo tiempo, durante la noche de las calendas de mayo, al monte llamado Blocksberg y Heinberg, en tierras de los bructeros, llevadas por sus demonios familiares y dilectos, que adoptan las formas de macho cabrío, puerco, ternero y otros animales semejantes. Trepados en ellos a horcajadas y tomando un báculo, pasan toda la noche en juegos, comilonas y danzas con sus amantes.
Los cultos paganos siguieron teniendo adeptos de forma clandestina durante mucho tiempo (hasta el siglo XVIII han podido rastrearse), pero perdiendo su continuidad histórica, algunas prácticas en efecto degeneraron mientras la propaganda oficial hizo el resto. 
Durante la caza de brujas que alcanzó su apogeo en los siglos XVI y XVII, en el centro y norte de Europa fueron ajusticiadas millares de personas, en su gran mayoría mujeres y elementos marginales de la sociedad.


La festividad resultó adoptada en algunos puntos para usos de brujería; luego fue absorbida por la llegada del cristianismo, atribuyéndole vagos orígenes relacionados con un supuesto cumpleaños de Satanás.


Era también común atribuir entonces propiedades mágicas y medicinales a las plantas recogidas esa noche de transición, algo que también hacían los druidas y que más tarde, en plena demonomanía, se relacionaría con las llamadas “plantas de las brujas”, que acudían la Noche de Walpurgis a los bosques más espesos para recoger las hierbas que darían forma a sus desagradables ungüentos y pociones mágicas. Manipulación de una tradición vinculada con la diosa madre, la naturaleza, cuando no existía una ciencia médica y había que recurrir a la vegetación y a la experiencia de los antepasados para curar las dolencias.


Esta festividad tiene diferentes nombres en los idiomas del norte:
  • Čarodějnice, Pálení čarodějnic o Valpuržina noc en checo.
  • Chodojtypalenje en alto sorabo, Chódotypalenje en bajo sorabo.
  • Noc Walpurgii en polaco.
  • Valborgsaften en danés.
  • Valborgsmässoafton o Valborg en sueco.
  • Valborgsnatten o Valborgsnatta en noruego.
  • Valpurgijos naktis en lituano.
  • Valpurģu nakts o Valpurģi en letón.
  • Vapunaatto en finés.
  • Volbriöö en estonio.
  • Walpurgisnacht en alemán y en neerlandés.
  • Вальпургиева ночь (Valpurgijeva noch) en ruso.
  • Noche de Walpurgis en castellano.
Para finalizar, fue durante la Noche de Walpurgis de 1776 cuando Adam Weishaupt fundó en los bosques bávaros la secta de los Illuminati.