Litha


Todas las fiestas en diferentes puntos del mundo la madrugada del 24 de junio (o el 21 de junio en ciertos sitios) coinciden en celebrar el instante en el que el Sol se hallaba en su máximo esplendor, cuando dura más tiempo en el cielo y muestra su máximo poder a los hombres, el solsticio de verano, el día más largo. Y la noche más corta. El triunfo de la luz sobre la oscuridad. Una noche mágica. 
Marca el inicio del verano, pero también el inicio del acortamiento de las noches. En esta fiesta era tradición encender grandes hogueras, para alargar aún más el día más largo del año “Para darle más fuerza al sol”. Como se sigue celebrando hoy en día, era normal encenderlas en las playas, y saltar por encima de ellas para luego saltar nuevamente al mar, a modo de purificación.

En la magia pagana natural, los cultos a la fecundidad, asociados a ritos lunares o solares, tenían un lugar privilegiado. Las fiestas solares estaban estrechamente ligadas a las estaciones del año, a las cosechas y a las riquezas de la tierra. Los ritos estaban determinados por los movimientos aparentes de partida y retorno del sol. Los astrónomos habían determinado que ciertos días del año tenían la misma duración (los equinoccios), mientras que otros días marcaban el final del camino de ida o vuelta del sol (los solsticios), a partir del cual los días comenzaban a hacerse más largos o mas cortos.

La mayoría de las principales culturas pre-cristianas, ya fuera la cretense, la helénica, la etrusco-romana o la ibérica, nos han legado ritos y costumbres de componente místico donde predominan la preocupación del hombre por la identificación con la naturaleza y la purificación a través del fuego, el agua, la tierra y el viento.

En tiempos prehistóricos, el verano era una época alegre del año para quienes vivían en latitudes septentrionales. La nieve había desaparecido, y el suelo se había descongelado; las temperaturas cálidas habían regresado; las flores florecían; las hojas habían vuelto a los árboles de hoja caduca. Algunas hierbas podían ser cosechadas para usos medicinales y otros. La comida era más fácil de encontrar. Se recolectaba lo que se había sembrado. Aunque muchos meses de clima cálido se mantenían antes de volver a caer el periodo de luz, los días empezaban a acortarse, por lo que el retorno de la temporada de frío era inevitable. 
La primera (o única) luna llena en junio (boreal) se llama luna de miel. La tradición sostiene que este es el mejor momento para cosechar la miel de las colmenas de abejas. Esta época del año, entre la siembra y la cosecha de los cultivos, ha sido el mes tradicional para las bodas. Esto se debe a que muchos pueblos antiguos creían que la gran unión (sexual) de la Diosa y el Dios se producía a principios de mayo en Beltaine. Ya que era de mala suerte competir con las deidades, muchas parejas retrasaban sus bodas hasta junio (hemisferio norte). El mes de junio sigue siendo preferido para casarse en el norte. En algunas tradiciones, las parejas de recién casados eran alimentados con platos y bebidas con miel para el primer mes de su vida matrimonial, a fin de fomentar el amor y la fertilidad. El vestigio superviviente de esta tradición sigue vivo en el nombre que se les da a los recién casados inmediatamente después de la boda: la luna de miel.


Este solsticio de verano, Litha para los germanos, Alban Heruin para los celtas, entra el dia 21 de junio. La celebración de Litha es normalmente el 21 de Junio, pero varía entre el 20 y el 23 dependiendo de la rotación de la tierra alrededor del sol. Durante muchos siglos fue una fiesta de mucha importancia para el paganismo y los pueblos antiguos, que después la iglesia tomó, como con tantas otras y rebautizó con San Juan Bautista, o lo que conocemos como la Noche de San Juan, la Noche del Fuego. Entre el Solsticio y St.Joan solo pasan un par de días por lo que la energía fluye de uno al otro, pues estan estrechamente ligados, ya que son lo mismo. 
Solsticio deriva del latín “solstitium”“sol” (el astro) y “stitum” (detención) y marca el día en el que el poder del sol comienza a decrecer y los días se hacen más cortos hasta alcanzar el punto más bajo de su carrera anual el 22 de diciembre, el solsticio de invierno: Yule.

En el solsticio de verano, los celtas festejaban el máximo esplendor del Sol, empezaba la maduración y los casamientos de las parejas, se bendecian hombres, animales y campos de cultivo..., todo ello con el elemento maestro esa noche, el Fuego, representado por grandes hogueras que prendían esa noche. Tradicionalmente era un momento de purificación, donde se solía saltar sobre la hoguera o el caldero para conseguir un objetivo, protección, fertilidad, salud, etc... O se quemaban símbolos de aquello de lo cual uno deseaba purificarse. Al  lanzar las hierbas al fuego diremos en voz alta y tres veces: "Que mi mala suerte parta y arda con estas".

Litha significa Fuego y representa el apogeo de la energía que desde Imbolc (1 de febrero) venimos preparando; el fin de la oscuridad, de la esterilidad, y el comienzo de la época más fértil, donde todo se renueva. Es la abundancia, la belleza de la tierra y el poder de la Luz.
Litha es un tiempo especial para mirar internamente a las semillas que hemos plantado los meses previos y para retomar los proyectos que se han dejado pendientes. Un tiempo de celebrar el final del año creciente y el comienzo del año menguante, en preparación de la cosecha por venir.
A medida que el sol realiza su danza más larga.

Esta noche se abren "puertas" que nos acercan a otros mundos, como son el de las Hadas y los seres féericos, que durante esta noche, son más fáciles de percibir y se les puede honrar para que honren tu hogar, tu jardín...
Según algunos autores, esta noche se abre un gran  portal, representado por "Juan", nombre que deriva de Jano, el Dios de los Portales, así como en el del Solsticio de Invierno. Las fuerzas fluyen del hombre hacia el cosmos y la tendencia es la espiritualidad, que rige durante medio año. La puerta cósmica se abre del cosmos hacia el hombre, señalando medio año de materialización.
El fuego y las hogueras son un simbolo de purificación, pero también de fertilidad y es algo que tambien se honra esta festividad. Las plantas, flores, con un gran poder esta noche, asi como sus elementales que las cuidan y protegen, nos siguen conectando al culto a la Madre Tierra, a lo femenino, y acordarnos, de que también se trabaja esta noche con el agua como poder femenino.


Otra de las costumbres, que además le dio el apelativo a esta noche de "verbena", era la costumbre practicada en algunos lares de que las doncellas en edad de casarse, fueran a recoger verbena esa noche a las doce de la noche, así conseguirían el amor deseado. Además como esta noche es tan mágica y todo en la Tierra vibra en esa sintonía, todos los elementos recogidos se tornan, muy poderosos, de ahí el recolectar hierbas. Esta costumbre también se da porque esa noche los druidas recogían el muérdago que crecían en lo alto de los robles, árboles muy apreciados por ellos, para recoger esa planta mágica y eran recogidos mediante un ritual, donde se cortaban con hoces de oro, y se recogían con sabanas de tela blanca, para que no tocaran el suelo. 

La tradición dice que Litha es un tiempo especial para las hadas y espíritus de la Naturaleza porque durante el crepúsculo es más fácil percibir los niveles etéricos de la realidad, “las puertas entre los mundos se abren”. Y es la Noche del Mundo Vegetal por excelencia, cuando las plantas consiguen sus mejores propiedades curativas y mágicas. Recordar que antes de coger ninguna planta, flor o tallo, hay que pedir permiso a la planta y que nos guie sobre cual es el que nos vendrá bien. 
De acuerdo al antiguo calendario pagano el verano comienza en Beltane (1 de mayo) y termina en Lugnasad (1 de agosto). El solsticio de verano marca entonces su punto máximo.


En Suecia, dicha celebración se realizaba con sacrificios rituales en honor a la fertilidad.
Según varios antropólogos, el solsticio se ha mantenido como un momento especial dentro del ciclo anual desde el neolítico. En Suecia, Finlandia y Estonia, el solsticio de verano se considera una de las grandes celebraciones del año, comparable sólo con la noche de Walpurgis, la noche de Navidad o la de Año Nuevo. Es tiempo de juegos, celebraciones y ofrendas.

Así pues, en el solsticio estival, el ‘proceso’ se refleja en el otro tema divino, el del rey del roble y el rey del acebo. Es la fecha en la que el rey del roble, dios del año creciente, cae derrotado a manos del rey del acebo, su gemelo y dios del año menguante, porque el caluroso momento culminante del verano es también, por su propia naturaleza, el comienzo del reinado del dios del acebo, con su inexorable progresión hacia el nadir oscuro del solsticio invernal, cuando a su vez morirá en manos de un renacido rey del roble.

Es una noche especial para sentir a los seres feéricos.
Existe la creencia que la vispera de St Joan, al atardecer, especialmente si hay luna llena, es el mejor momento para observar seres feéricos, así como practicar la magia con elementales. La pureza y la inocencia, es la manera de verlos desde ese corazón de niño.

Midsummarblót: 
21 de junio. Conmemora la muerte del dios solar nórdico Balder. Es el momento en que el sol está en su apogeo y a partir de entonces comenzará a reinar la oscuridad cada día un poco más.




Como en la práctica medieval, San Juan Bautista, que fue degollado el día de San Juan (24 de junio), adquirió los títulos y las costumbres del rey del roble, era natural que Jesús, como misericordioso sucesor de Juan, adquiriera los del rey del acebo.‘De todos los arboles que hay en el bosque, cualesquiera que sean, el mejor decisivamente es el acebo’. La identificación del pacifico Jesús con el acebo o la encina debe lamentarse como poéticamente absurda, excepto en cuanto declaro que había venido a traer no la paz, sino la espada.

Las tradiciones y celebraciones que coinciden con estas fechas son originariamente pre-cristianas y han pretendido ser cristianizadas, como la celebración de la natividad de San Juan Bautista o la Sanjuanada. Tienen mucha importancia en Letonia, Lituania, Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Estonia, aunque también se pueden encontrar amplias influencias de esta celebración en Irlanda, algunas zonas de Bretaña (Cornualles especialmente), Francia, Italia, Malta, Portugal, España y en algunas zonas fuera de Europa, como Canadá, Estados Unidos e incluso en el hemisferio sur (Argentina, Brasil y Paraguay), donde esta celebración europea importada ha sido llamada más apropiadamente "solsticio de invierno".
Dentro de la comunidad pagana podemos encontrar el nombre de "Litha" proviniendo de los textos del fraile Bede titulado "De temporum ratione" en el cual él mismo acuñó los nombres anglosajones para los meses que aproximadamente correspondían con junio y julio como "se Ærra Liþa" y "se Æfterra Liþa" ("anterior mes Litha" y "posterior mes Litha") con un mes intercalado después de "se Æfterra Liþa" en años bisiestos.

La diferencia entre el Calendario Juliano (365,2500 días) y el año tropical (365,2422 días) trasladaban tres días más adelante el día asociado con el actual solsticio astronómico cada cuatro siglos, hasta que el Papa Gregorio XIII cambió el calendario instalando el solsticio alrededor del 21 de junio. En el Calendario Gregoriano, el solsticio se trasladaría poco a poco a razón de un día cada 3000 años.




Aunque sus orígenes son oscuros, la palabra Litha designa una “rueda”, haciendo alusión posiblemente al sol en su máximo esplendor. La noche de la víspera del solsticio, los druidas encendían fuegos circulares en lugares sagrados, cerca de fuentes de agua, que mantenían vivos toda la noche y jugaban con antorchas, o encendían ruedas que hacían rodar por pendientes.
Es el día mas largo del año, y el sol está en su momento más brillante y alto. Los adeptos a la brujería, como es lógico y natural, le rinden honor y le saludan en la cima de su ciclo anual, invocándole para “hacer huir los poderes de la oscuridad” y para atraer la fertilidad a la tierra. El solsticio estival es quizá el sabbat más festivo de todos, por cuanto se regocija en plena corriente de la abundancia del año, en el apogeo de la luz y del calor.

Lanzar desde una colina una rueda encendida representaba el descenso del Sol que ese día estaba en el apogeo. El solsticio, que marcaba el máximo poder el sol y el día más largo del año, también marca el momento en el que la luz del Sol comienza a disminuir en el año por los seis meses que siguen. Este acontecimiento forma parte del flujo incesante de toda la naturaleza que declina a partir de un instante de plenitud. La fiesta recomenzaba al amanecer, a la salida del sol del solsticio, haciendo sonar tambores para encorajar el viejo sol para levantarse temprano y brillar en el día más largo del año.


En China, la ceremonia de solsticio de verano celebraba la tierra, lo femenino y las fuerzas del yin. Se complementaba con el solsticio de invierno, que celebraba el cielo, la masculinidad y las fuerzas yang.

Esenios:
Los arqueólogos han descubierto que la habitación más grande de las ruinas de Qumran Nota​ parece ser un templo del sol. La habitación había sido considerada como un comedor por investigadores anteriores, a pesar de la presencia de dos altares en su extremo oriental. En el momento del solsticio de verano, los rayos del sol poniente brillan con una inclinación de 286 grados a lo largo del eje longitudinal del edificio, e iluminan la pared oriental. La habitación está orientada exactamente en el mismo ángulo que los santuarios egipcios dedicados al Sol. El historiador Flavio Josefo y el filósofo Filón de Alejandría escribieron que los esenios eran adoradores del Sol.

Las antiguas tribus germánicas, eslavas y celtas en Europa celebraban el solsticio de verano con hogueras. Era la noche de festivales del fuego y de la magia de amor, de oráculos para el amor y la adivinación. Tenía que ver con los amantes y las predicciones. Las parejas de amantes saltaban a través de las llamas ya que se creía que los cultivos crecerían tan alto como lo que las parejas fuesen capaces de saltar. A través del poder del fuego, al calor de la fogata las doncellas (supuestamente) se enteraban acerca de su futuro marido, con lo que espíritus y demonios serían expulsados de la relación venidera.
Otra de las funciones de las hogueras era generar magia simpática: dando un impulso a la energía del sol para que se mantuviera potente en el resto de la temporada de crecimiento y así garantizar una cosecha abundante.​ 

En la antigua Suecia, un árbol en el solsticio de verano era llevado y decorado en cada ciudad. Era el árbol solsticial, generalmente un pino. Los aldeanos bailaban a su alrededor. Las mujeres y las niñas acostumbraban bañarse en el río local. Este era un ritual mágico, destinado a atraer la lluvia para los cultivos. Este es la base del rito actual del árbol de Pascua.


Dentro de las diferentes formas del Neopaganismo pueden ser bastante diferentes y tener diferentes orígenes, a pesar de compartir una misma definición. Algunas tradiciones Neopaganas lo celebran acercándose a la manera en la que ellos creen que los antiguos paganos germánicos la celebraban, mientras que otras tradiciones prefieren celebrar dicho solsticio con rituales seleccionados de diferentes fuentes, siendo la cultura germánica una de las muchas utilizadas. En el Neodruidismo, el término "ALBAN HERUIN" se utiliza como sinónimo del solsticio de verano. Dicho nombre fue inventado a finales del siglo XVIII por el autor romántico de origen Galés llamado Iolo Morganwg.

El solsticio de verano o Litha figura en el reconstruido calendario germánico, utilizado por algunos grupos neopaganos germánicos o ciertos grupos paganos, quienes ponen énfasis en la reconstrucción del paganismo germano-anglosajón.

Litha es una de las 8 festividades o Sabbat celebradas por los wiccanos, desde que tradiciones provenientes de New Forest (las cuales se refieren a la "British Traditional Wicca") empezaron a usar ese nombre tradicional. La festividad se considera como el punto crucial donde el verano alcanza su punto más álgido y el sol brilla con más intensidad y con una duración larga en comparación con el resto de días. Litha es precedido por el sabbat conocido como Beltane, y seguido luego por Lughnasadh o Lammas.




Litha puede ser un buen momento para mirar internamente a las semillas que hemos plantado los meses previos y para retomar los proyectos que se han dejado pendientes.
Si el invierno es la estación del recogimiento, el verano que comienza hoy es una época de apertura, expansión, de huertos en todo su esplendor y de amistad.
En medicina tradicional china, el verano corresponde con el elemento fuego y el corazón, órgano de alegría y la risa. Los días más largos y la temperatura cálida hacen del verano la época ideal para salir al exterior y gozar de la Naturaleza. 

Es un buen momento para:
  • Estar más tiempo fuera de casa
  • Descalzarnos y tocar tierra, arena o césped
  • Abrazar un árbol
  • Quedar más con los amigos
  • Asistir a fiestas, conciertos, actividades lúdicas como Soleilua
  • Reconciliarnos con nuestro cuerpo que ha estado “en letargo” en invierno y regalarle/practicar alguna técnica corporal: masajes, reflexología, shiatsu…
  • Aprovechar los rayos del sol con prudencia, siguiendo nuestro instinto o con la técnica del Sun Gazing de  Hira Rata Manek.
  • Hacer comidas más ligeras aumentando las ensaladas, frutas y sopas frías como gazpachos.
  • A la vez que usamos menos ropa y nos aligeramos por fuera, reflexionar sobre cómo aligerar y simplificar también nuestra vida: Desapegarnos
  • Tener en cuenta que estamos en una pre-crisis económica y en un cambio de paradigma y meditar sobre nuestro papel en el mundo, nuestra verdadera vocación y sobre lo que podemos ofrecer a los demás.
  • El día en que empieza el verano nos recuerda que es tiempo de vivir pero vivir con más conciencia.


Se creía que al amanecer del día de San Juan las aguas de infinidad de fuentes, regatas y riachuelos estaban dotadas por unos momentos de poderes especiales – que con el cristianismo se dirían "bendecidas"- para curar enfermedades cutáneas y proteger a personas, animales o incluso bienes materiales rociados con ellas, por lo que se guardaban en las casas como un bien preciado. Lo mismo valía para el rocío que empapaba los campos aquella mañana, de forma que se paseaba a los animales y las personas desnudas se revolcaban en los eriales para quedar protegidas durante el largo año.

Al año siguiente, en la verbena, se debe tirar el agua que haya quedado sin usar, y limpiar la botella, para el próximo ciclo, poner la etiqueta para que nadie beba, ya que tiene vibraciones de los minerales y talismanes y no siempre son aptos para el organismo.
Además también podéis recoger en un recipiente de cristal o algo natural, el rocío de esa mañana para lavaros ese día el cuerpo, el cabello, aunque sea poco lo que cogáis es super poderoso y podréis sentirlo en vuestro cuerpo.




Y, como cabe de esperar, en mi tierra (Galicia) perduran las tradiciones paganas, entre ellas, la famosa "Noite de San Xoán".

Aunque actualmente se ha establecido que la Noche de San Juan se celebra la noche del 23 al 24 de junio, como ya sabéis, en origen estas fiestas dependían de un calendario lunisolar y las fiestas con solsticios. Así pues, cuando escuchemos que la noche de hoy será la noche más corta del año, podremos explicarles que no es así.
La noche más corta del año se corresponde con la de aquel día en la que el Sol pasa más tiempo sobre el horizonte, lo que sucede en junio en el hemisferio norte y en diciembre en el hemisferio sur. El inicio del verano, en el hemisferio norte, puede darse, a lo sumo, en tres fechas distintas del calendario vigente, del 20 al 22 de junio. En 2015, por ejemplo, se produjo el 21 de junio a las 18:38 según la hora de Europa Central, que es la que se usa en España.
Lo que sí es cierto es que al principio de nuestra era, antes de que se aplicara la corrección del calendario gregoriano, el solsticio de verano sí podía caer en el 23, 24, o incluso el 25 de junio, de ahí el origen de la confusión.

El ritual con el que se asocia indiscutible la Noche de San Juan son las hogueras que se encienden en la tarde-noche del 23 de junio. Son llamadas también cacharelas, cachadas, cachelas ou lumeiradas.
Cuando el fuego está prácticamente consumido se salta sobre ellas.
Suelen saltarse un número determinado de veces para conseguir el objetivo mágico. Suele recurrirse al número 3, que representa la Trinidad, al 7, que representa la totalidad, o al nueve, el número de la perfección (tres veces tres). Se recomienda que para conseguir el máximo efecto a la hora de saltar, que se haga desnudo.

A la noche del solsticio es la del 21 de junio la iglesia adaptó la fiesta pagana en origen, asociándola a San Juan Bautista. Es una noche en la que todo puede suceder, cuando las hierbas tienen propiedades que todo lo curan o espantan malos espíritus, las mozas encuentran novio y el amor no tiene ataduras. Las brujas y las hadas campan a sus anchas, los tesoros escondidos brillan y pueden ser descubiertos y quien toma hierba llamada verbena queda curado de todo malo consigue su amor, salta el fuego para alcanzar la felicidad.
El día más largo del año. Se empiezan a recoger los primeros frutos de la cosecha. La vida es tranquila y agradable. Los días son largos y calurosos; el invierno no es más que un recuerdo. Mitológicamente, la Diosa queda embarazada del Dios y su barriga lleva una vida nueva. Para las sociedades agrícolas, era tiempo para celebraciones aprovechando el intervalo entre la plantación y la cosecha. Las sociedades cazadoras, construían nuevas armas y acumulaban provisiones para los días de caza invernal. Este es el mejor período para vacaciones y festivales. Se celebra con un banquete de fresas, frutas y verduras. El 21 de junio es el día más largo, pero a partir de ahora las noches se alargarán y el invierno volverá. Algunas Tradiciones consideran este día como el de la Diosa en medio del período que corresponde al Dios. La Diosa como Madre está en su momento más glorioso.

El rito principal consiste en encender una hoguera. La finalidad de este rito es "dar más fuerza al Sol" que, a partir de esos días, va haciéndose más "débil" — los días se van haciendo más cortos hasta el solsticio de invierno — Simbólicamente, el fuego también tiene una función "purificadora" en las personas que lo contemplan o saltan sobre él. 
Relacionada con antiquísimas tradiciones y leyendas españolas como la Leyenda de la Encantada. 


En Oliveira (A Coruña), se solía colocar una cabeza de algún animal pinchada en un palo de laurel y apilar leña a su alrededor. La hoguera no se solía apagar hasta que la cabeza acabara calcinada.
En algunos lugares se suele celebrar ciertos ritos de paso sobre las llamas o sobre el fuego para curar algunas enfermedades. Se pueden hacer entre dos mujeres llamadas María o entre una mujer llamada María y un hombre llamado Xoán, que se pasan mutuamente a un bebé enfermo. Cuando acaban se envuelve al bebé con una sábana de lino nueva que nunca hubiera sido lavada.

También existía la costumbre de ahumar el ganado esta noche para protegerlo del meigallo (embrujo). Para ellos se hacía andar al ganado alrededor o entre hogueras. En otras ocasiones se quemaba en la corte un cuerno de carnero, laurel bendito y azufre.
Con las hogueras también se protegían las cosechas.

En Castrofeito (O Pino) o Pedrouzo (Silleda) a las hogueras se las denomina fumazos porque en ellas queman toda la leña verde que levanta un intenso humo con el que se espanta a las meigas y sus meigallos.


Al tratarse del solsticio de verano, el Padre Feijóo recogió la creencia de que el sol baila al amanecer de esta Noche porque está alegre por la fiesta del Santo. Para poder verlo bailar se suele subir al monte, como por ejemplo, al alto de castro de Castrolandín.

La Noche de San Juan es propicia para llevar a cabo ciertos sortilegios con los que adivinar lo que va a suceder en el futuro. Por ejemplo, la tradición dice que si una mujer echa una clara de un huevo en un vaso de agua a las doce de la noche y la deja durante toda esta noche, al amanecer podrá adivinar con quien se casará según la forma que adopte la clara: si se parece a un martillo, será un carpintero, si es un barco, un marinero, si es una herradura, un herrero. También se usa para adivinar el futuro de una persona: si se parece a un ataúd, augurará una muerte próxima, si es un corazón, es que habrá un amante, si es un bebé es que va a tener hijos.

En Galicia la gastronomía va de la mano de todas las fiestas. Y en esta lo tradicional es comer sardinas a la brasa, beber vino, cantando y bailando alrededor de la hoguera. También son típicos los cachelos (patatas asadas con su piel, que se retira luego) para acompañar a las sardinas. La bebida típica es la “Queimada”. No hay San Juan sin queimada. La bebida más tradicional durante la noche del 23 de junio debe llevar aguardiente, frutas y mucho azúcar y debe ser realizada en una buena marmita. Ningún efecto mágico tendrá la rica queimada si en su preparación falta recitar el «Conxuro». Los postres típicos son las “filloas”, las “orellas de frade”, y las chulas.


Desde muy antiguo se encendían grandes hogueras en esa noche. El fuego era protección para los hombres y los animales contra las bestias feroces, aleja la noche y su misterio, proporciona luz, calor y ayuda a cocinar los alimentos. Es purificador cuando quema lo que no queremos, es renovador para los campos. El fuego es mágico.

Es una noche en la que todo puede suceder, cuando las hierbas tienen propiedades que todo lo curan o espantan malos espíritus, las mozas encuentran novio y el amor no tiene ataduras. Las brujas y las hadas campan a sus anchas, los tesoros escondidos brillan y pueden ser descubiertos y quien coge en esta noche la hierba llamada verbena (también valeriana y trébol) queda curado de todo mal o consigue a su amor. Se salta el fuego para alcanzar la felicidad y se recuperan de las llamas las flores arrojadas por las jóvenes para guardarlas como talismanes...


Si sales al amanecer y te encuentras con un perro, tu marido será un goloso durante su vida. 
Si a medianoche se hace una cruz en los troncos de los árboles, producirán el doble. 
Si a las 12, miras la luna y después la higuera, las verás florecer. La higuera y el “pesebre” (helecho) florecen esta noche. Quien posea una de estas flores será muy afortunado. 
Quien vea florecer la hierbabuena esta noche será muy afortunado siempre que lo mantenga en secreto. 
En la víspera se planta la flor de la hortensia, en un tarro con tierra y agua. Luego se pide un deseo. 
Hay que lavarse las manos con agua de manantial para mantenerse joven y el cabello para conservarlo hermoso. 
Esa noche las aguas están benditas. Cuando llueve esa noche o al día siguiente, va a haber abundancia.

Pide un deseo: pon muérdago bajo tu almohada y se convertirá en realidad. 
Recoger verbena a las doce de la noche la víspera de San Juan ayuda a conseguir el amor deseado.  
Antes de la salida del sol hay que regar los árboles con agua de manantial, para que den bastante fruta durante el año. 
Para tener sueños proféticos recoge 9 flores de cualquier clase y colócalas bajo tu almohada. Acuéstate y pide que el sueño te revele algún aspecto que desees conocer sobre tu futuro. 
Darse un baño en el mar durante la noche de San Juan, asegura salud para todo el año. Si se saltan nueve olas dando la espalda al mar, se consigue también la eliminación de energías negativas. 
Si cuando se está saltando el fuego se arroja una trenza hecha con flores o cintas de colores a la persona amada y esta la recoge antes de que caiga, habrá felicidad entre ambos y buena fortuna. 
La Ruda, la Verbena y el Hipérico (hierba de San Juan) se consideran hierbas talismánicas para esta noche, puedes quemarlas en tu hoguera para atraer suerte el resto del año.


Las hierbas de San Juan son las diferentes plantas, hierbas, flores y hojas, normalmente medicinales, que se cogen la víspera de la noche de San Juan. Tienen propiedades terapéuticas y limpiadores y éste es uno de los rituales más repetidos a lo largo y ancho del territorio gallego. Según la tradición y creencias populares el agua de estas siete plantas dejadas al rocío en la noche de San Xoan posee propiedades mágicas. Si bien es cierto que cada maestrillo tiene su librillo, hay siete hierbas que no deben faltar en ningún mejunje que se precie.

El fiuncho o hinojo: Es una de las básicas. Se cree que espanta a los malos espíritus y es muy especial para apartar el mal de ojo. Como medicina es muy efectiva contra las inflamaciones de ojos o las malas digestiones. Las benandanti italianas de Friuli identificaban en sus sueños a brujas, con las que peleaban y a las que mataban, blandiendo tallos de hinojo en la batalla para erradicarlas de la zona. El hinojo es también una hierba culinaria.

El fento macho o helecho: Es uno de los anti parásitos naturales más efectivos. La leyenda asegura que solo durante la noche de San Juan esta peculiar planta florece, para a la mañana siguiente volver a su forma original. Las brujas utilizaban las semillas del helecho para volver a la gente invisible y además se creía que solucionaban afecciones del bazo. En Gales, era costumbre reunir un ramo de helechos y colocarlo cerca de las orejas de los caballos, para mantener lejos al Diablo y desconcertar a las brujas.

El codeso: A pesar de que esta planta es tóxica para el ganado, su capacidad para «barrer» (en alguna ocasión hasta de forma literal, porque son usados por algunos como una escoba) los malos espíritus la convierte en una de las plantas básicas de la Noite Meiga.

La abeloura o hierba de San Juan: Era utilizada como cicatrizante y antiséptica por los curandeiros. Considerada como una de las plantas que eliminan de las casas la presencia del demonio, el refranero de Galicia tiene una frase dedicada a su poder: «A herba de San Xoán limpa a cara de grans». A pesar de que la planta se encuentra en su momento más potente en la celebración de San Juan Bautista, se decía que esta planta segregaba un aceite rojo de sus hojas a finales de agosto, cuando San Juan fue decapitado, y como se parecía a la sangre, las brujas la utilizaban en ese momento para sus mágicos fines. Hoy, se considera que la hierba de San Juan es eficaz también para el tratamiento de pequeñas depresiones y ansiedad.

La malva común: Tiene capacidades curativas para la bronquitis, los nervios o incluso los problemas digestivos.

El romeu o romero: Era empleado tradicionalmente como medicina natural contra el reuma, la artritis, los trastornos del sistema circulatorio o los males de garganta. Además, se considera que es la principal protectora de los hogares durante la noche de San Juan.

Hierba luisa: Es la hierba que debes utilizar si lo que buscas el próximo año es el amor.

Una vez recogidas habrá que preparar el agua. En primer lugar hay que coger agua de siete fuentes diferentes, meter todas estas plantas en el líquido y dejarlas reposar durante toda la noche a la intemperie. Cuando la mañana de San Juan nos levantemos, lo primero que hay que hacer es lavarse la cara con ese agua, con la que conseguiremos prevenir enfermedades cutáneas, rejuvenecer la piel y espantar los malos augurios hasta el próximo año.




Otros Nombres: Alban Hefin, Midsummer, Lethu, Solsticio de Verano, Solsticio Estival, Noite de San Xoán (gallego), Nueche de San Xuan (asturiano), Nit de Sant Joan (valenciano), Donibane gaua o San Juan gaua (euskera). En la tradición druídica irlandesa se llama Mean Samhraidh, esta fiesta estaba relacionada con el dios Manannán Mac Lir (dios del mar) y Áine (una diosa de la fertilidad). En la tradición druídica galesa/británica se llama Alban Hefin “Luz de Verano”, mientras que en la tradición germánica se llama Midsummar (relacionada con Frigga).